Puntos de Sutura #6: El fin de la Universidad
¿Está agotado el modelo actual de educación superior?
La universidad ya se acaba. Estamos al final de un curso que ha traído muchas reflexiones sobre la Universidad. Se ha hablado de su función social, de las necesidades de sus estudiantes, de políticas públicas, de su misión, de la relación con las ciudades… La Universidad está en un cruce de caminos.
Ahora que el curso llega a su fin, nos podemos preguntar: ¿Es el fin del actual modelo de Universidad? Y, sobre todo, ¿cuál es (o debería ser) su fin, su propósito?
Esta cuestión nos afecta a todos. La Universidad es la institución social que se encarga de la generación de conocimiento. Si estamos en la Sociedad del Conocimiento, hemos de pensar el papel de la Universidad es central. Es normal que estemos en crisis cuando nuestro núcleo social atraviesa una situación complicada.
A continuación lo desgrano en 5 puntos. De todas las síntesis posibles, esta es sólo una más. Pero creo que valdrá la pena. ¿Nos acompañas?
🟢PUNTO 1 — ¿Para qué sirve estudiar una carrera?
Vaya pregunta… ¡Para conseguir un trabajo!
Aunque no siempre fue así (la Universidad tiene casi 1.000 años de historia y entonces la cosa era diferente).
El actual modelo esta muy orientado al mundo de laboral:
Conocimiento especializado e instrumental.
Se da por descontado que sirve para certificar trabajadores productivos.
El porcentaje de titulados con trabajo al año de graduarse es un reclamo de marketing más usado.
Sin embargo, este modelo presenta síntomas de agotamiento como dice el experto en digitalización (y arqueólogo), Genís Roca:
“Esto ha llenado las aulas de gente más ansiosa de títulos que de conocimiento, y es perfectamente posible obtener el título aprobando exámenes o entregando ejercicios sin haber acreditado comprensión o capacidad crítica. El sector público sigue usando el título como filtro de acceso, pero el sector privado ya valora cada vez más la experiencia, la actitud, las habilidades y las capacidades relacionales.”
Si tener un grado cada vez importara menos para obtener un empleo, la Universidad tendría un serio problema.
Un ejemplo clásico. Steve Jobs, fundador de Apple, no llegó a graduarse.
Sin embargo, su paso por la Universidad le dejó lecciones importantes:
🟢PUNTO 2 — La dificultad de medir la excelencia
Hoy se considera que la Universidad tiene 3 funciones:
Docencia
Investigación
Transferencia
Sin embargo, hasta ahora la tendencia ha sido priorizar la investigación para:
Medir la calidad de las universidades
Establecer las condiciones de promoción en la carrera académica
¿Qué se valora?
Artículos académicos publicados en revistas científicas con muchas citas.
Pero…
Las citas pueden ser negativas (o, sencillamente, decorativas).
Se establecen “clubs de citas”
Con casos bochornosos (de confirmarse)
Así, se crean unos incentivos alternativos y la medición deja de ser útil.
Ni se formenta lo que se quería fomentar (la excelencia investigadora) ni sirven para conocer lo que se quería conocer (en qué medida se conseguía ese nivel).
🟢PUNTO 3 — Vocación docente
A pesar de todo, hay muchos docentes comprometidos con los alumnos. Esta tribuna del catedrático de la Universidad de Valencia Aniceto Masferrer es una muestra:
“Un docente toca el cielo en el desempeño de su quehacer cuando siente tanta pasión por lo que enseña como sincero afecto hacia quienes enseña.”
Mi resumen:
Tener ilusión y contagiarla.
Afán de conocer. Buscar el sentido (de la realidad y de la asignatura).
Actitud cercana y humilde.
Confiar (efecto Pigmalión): unir estima, confianza y exigencia.
Ofrecer una metodología estimulante.
🟢PUNTO 4 — ¿Dónde están las Humanidades?
Da la sensación que -como dice Innerarity- las Humanidades son las grandes olvidadas por los indicadores de calidad.
Si la investigación sólo tiene en cuenta los artículos académicos…
se marginan a las Humanidades, que se explican mejor en libros.
Como la transferencia se evalúa por el número de patentes y los ingresos de la industria…
es fácil suponer que la Filología o la Historia no puntúan muy alto.
Si sólo existe aquello que se puede medir, las Humanidades son invisibles y cada vez menos atractivas.
Parece que hemos caído en el error del que avisa el rector de la Universidad de Oviedo, Ignacio Villaverde:
“Universidad y su gestión no son la misma cosa, y si las confundimos, habremos perdido nuestra alma.”
🟢PUNTO 5 — Encaje social
Se dice a menudo que la Universidad está desconectada del mundo.
Mientras muchos citican la Universidad-empresa, otros piensan que aún está demasiado lejos de la industria.
Falta más transferencia.
Y especialmente en el ámbito social.
(En innovación y emprendeduría no están tan mal).
Parece que todo falla. En este sentido, son ilustrativas otras palabras de Genís Roca:
“Tener un título no garantiza ser un buen profesional, ni un buen ciudadano, ni ser capaz de actuar de manera eficiente en el mundo que estamos construyendo.”
Quizá es el momento de volver a empezar.
Sin triunfar en un aspecto a costa de otros:
Estar cerca de la industria… y estimular el pensamiento crítico.
Ser innovador y crear patentes… sin descuidar el big picture que dan las Humanidades.
Apostar por la investigación, la docencia y la transferencia en pie de igualdad.
Conectar con la esencia de la Universidad para aplicarla al momento presente.
En un artículo importante, el intelectual conservador británico Roger Scruton la define así:
“Las universidades existen para proporcionar a los estudiantes los conocimientos, las habilidades y la cultura que les prepararán para la vida, al tiempo que mejoran el capital intelectual del que todos dependemos. Evidentemente, los dos propósitos son distintos (…) pero también están entrelazados, de modo que el daño a uno de los propósitos perjudica al otro. Esto es lo que estamos viendo”.
Parece que la solución sólo vendrá de aplicarlo todo a la vez.
(Lo otro sería demasiado fácil y ya lo hemos probado: no funciona).
Lo bueno es que esto ya está pasando:
La extensión del aprendizaje-servicio, por ejemplo.
¿Qué es? Es una metodología que integra el servicio a la comunidad con el aprendizaje de contenidos, habilidades y valores, mejorando mejora el éxito educativo y la cohesión social.
Entre las pioneras, las impulsoras de CLAYSS (que llevan casi 30 años comprometidas con esta metodología).
La popularización core currículum es otro paso en la buena dirección.
¿Qué es? Asignaturas transversales para los diferentes estudios que abordan las cuestiones centrales de la sociedad actual a partir de los hallazgos más relevantes del pensamiento, la literatura, la historia o la ciencia.
En la Universidad de Columbia este programa tiene más de 100 años y lo definen como “Intellectually expansive. Personally transformative”.
Más cerca, la Universidad de Navarra lleva 25 años trabajando en este sentido.
Hasta aquí hemos llegado. Ojalá hayas encontrado perspectivas estimulantes o alguna idea valiosa.
¡Que acabes de pasar un feliz domingo y buena semana! Volvemos en un mes (mientras tanto puedes encontrarme en LinkedIn y Twitter (ahora llamado X).